Gianni Infantino, el líder de la FIFA, ha vuelto a encender la polémica en el fútbol mundial al sugerir una revolución en el calendario. Ante la Asamblea de la EFC (European Football Clubes), el máximo dirigente insinuó que los Mundiales podrían jugarse de forma permanente a finales de año en lugar de en los meses de verano.
Infantino justificó este posible cambio basándose en una «reflexión general» sobre las condiciones climáticas. «Incluso jugar en algunos países europeos en julio hace muchísimo calor, así que quizás tengamos que reflexionar», comentó. La FIFA ya implementó este ajuste en 2022, trasladando la cita de Qatar a noviembre-diciembre debido a las temperaturas extremas, una situación que se repetirá probablemente con el Mundial de Arabia Saudí en 2034.
El presidente de la FIFA destacó que el mes de junio, tradicionalmente usado para el torneo, «no se aprovecha mucho en Europa» y que la única forma de garantizar el juego a la misma hora en todas las partes del planeta es hacerlo en «marzo o en octubre». Según su análisis, es imposible jugar en diciembre en algunas zonas y en julio en otras.
La idea es optimizar el calendario teniendo una «mente abierta», considerando las competiciones de selecciones y clubes. Infantino concluyó que se deben considerar todos estos elementos para mejorar el fútbol «para el beneficio de todos», dejando claro que hay mucho en juego.
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